Todos aquellos que sois padres sabéis lo difícil que resulta a veces motivar a los más peques de la casa para que se laven de forma correcta y continua los dientes.
Quizás aquí lo más importante sería reseñar que no hay mejor truco que la perseverancia para lograr que lavarse los dientes para ellos sea un hábito. Para empezar al principio es bueno que establezcamos que el momento de lavarse los dientes sea siempre el mismo. Todos sabemos que los niños necesitan rutinas para de esta manera interiorizar hábitos, y las rutinas empiezan siempre por establecer determinados momentos para llevar a cabo las cosas. Como todos sabemos lo mejor serían que se cepillasen un mínimo de dos veces al día, por la noche podemos aprovechar el momento de irnos a la cama para ir al baño y antes de hacer pipi lavarnos los dientes. Por la mañana después de desayunar y antes de vestirnos, para evitar que se manchen la ropa.
Al principio podemos lavarnos los dientes con ellos para mantenerlos motivados y que vean que también los mayores de la casa que se lavan los dientes. En este punto podemos hacer que el momento sea divertido, haciendo ruidos o muecas en el espejo, para que se sientan motivados y que no vean el momento de lavarse los dientes como una obligación tediosa o “rollo” como dirían ellos.
A medida que vayan creciendo debemos empezar a explicarles de forma clara y concisa la importancia de tener un buen hábito de salud oral, para que se vayan haciendo conscientes del cuidado de sus dientes.
Y por supuesto no podemos olvidar la importancia de las revisiones odonto-pediátricas, la primera entre los 5-7 años, con el odontólogo que primero nos dirá la situación del niño y segundo debe fomentar una buena técnica de cepillado y cuidado de su boca.
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